sábado, 24 de enero de 2009

Espectáculo de vida , la vida como espectáculo


Hace unos dias hemos tenido la ocasión de asistir como espectadores televisivos a la proclamación de B. Obama como presidente de los EEUU de América , un acontecimiento sin precedentes donde la puesta en escena de dicho acto, se asemejaba a los espectáculos que dos mil quinientos años atrás se desarrollaban en la Grecia clásica, y que hoy conocemos como los orígenes del teatro. Una multitud , silenciosa , entregada , complaciente llenaba la inmensa cavea del “mall” en Washington, cual teatro de Epidauro, en escena el “héroe”, Obama, que con su discurso desde la orquestra , hace pensar a los asistentes sobre valores morales, de identidad como pueblo, de entrega colectiva, y como entonces, la presencia de dios(es), “que Dios nos ayude” declamaba Obama en las postrimerías de su discurso de juramento, como solicitando su presencia en el “theologheion” situado sobre la cámara del Capitolio; Aparentemente la similitud es total, pero sólo aparentemente ya que mientras que lo que en tiempos de Tespis era un espectáculo lleno de vida , lo de ahora es la vida misma convertida en espectáculo, y donde los espectadores, aquellos y nosotros, no podemos escapar del “drama” que supone que muchas de las cosas que nos afecten en nuestra vida cotidiana y la marcha del mundo en general dependan de las decisiones de un “héroe”, con la ayuda o no de dios, de dioses, tristes democracias estas que han arrebatado los papeles al noble arte del TEATRO.



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